APRENDIZAJES: EMPRESAS 'MÁS HUMANAS'
¿Espiritualidad en la empresa? ¡WTF! (I)
Luego de escuchar pacientemente la exposición del director a cargo (un muestrario de las peores prácticas y políticas para el éxito laboral), esbocé una mueca de preocupación y, después de mirar la ventana como fuente de inspiración, solté la bomba:
-¿No será que falta algo de 'espiritualidad' en la empresa?
El silencio invadió la oficina durante unos segundos... hasta que el estruendo de su grito colmó todo el edificio.
-¡No me digas que lo que me estás ofreciendo es ponernos a rezar! Seamos serios, por favor...
Lo invité a sentarse de nuevo, en medio de su monólogo se había puesto a caminar alrededor de la sala, y ello interfería el diálogo con propósito.
-No, dije espiritualidad, no religión, que es lo que veo por aquí... -respondí con tranquilidad.
-Tienes toda mi atención -replicó, más calmado.
En los días siguientes trabajamos desde el paradigma del paralelismo existente entre lo que el ejecutivo llamaba ‘religión’ y lo que yo denominaba ‘culto al jefe’ (él) para determinar un punto de partida en el trabajo que habría que realizar con el liderazgo de su equipo. Lo primero, logramos hallar un punto en común entre ambos conceptos, arribando a una aceptable definición: ‘sistema de creencias que poseen ciertas características clave que se combinan’, a saber:
1. La doctrina, un cuerpo de principios y enseñanzas básicos (Os exijo una fe ciega a mi proyecto, todo está muy claro aquí, ¿qué es lo que no entendéis?)
2. La mitología, que abarca los relatos sobre dioses y su historia (¿Por qué creéis que soy el jefe, eh? ¿No sabéis todo lo que he logrado para esta compañía?)
3. La institución ‘religiosa’, una organización donde acuden los ‘fieles’ empleados (Dad las gracias de que os permitimos venir aquí a trabajar con contrato fijo)
4. El contenido ético de la ‘religión’, conjunto de instrucciones prácticas que explican a los seguidores cómo vivir o actuar (Ya sabéis lo que tenéis que hacer, cómo pensar y lo que debéis conseguir para seguir aquí, y conmigo)
5. El ritual, ceremonias —desde el ‘sacrificio’ hasta las fiestas religiosas—, objetos y lugares sagrados, sitios con significación especial, etc. (Las fiestas de empresa son sagradas, y debéis comportaros como yo os diga… ¿Mi despacho? Es mi santuario, no entra cualquiera… Y recordad que ¡hay que hacer grandes sacrificios para merecer estar aquí!)
Pasado el shock del director al comprobar cuántas similitudes guardaba ese inconsciente 'culto al jefe' con la religión lisa y llana, era hora de fijar la hoja de ruta.
¿Qué era lo críticamente importante para el éxito suyo y, sobre todo, de su equipo?
¿Cómo ser bien específicos en las necesidades detectadas?
¿Cuál era el plan de acción si sabíamos qué dejar de hacer, qué comenzar a hacer y qué seguir haciendo?
Esta es la parte bonita de la historia, pero será en otra entrada…
(Continuará)
