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QUEDAMOS PARA QUE ME ESCUCHES, DIGO, PARA COMER...

  • marianotamagnini
  • 9 jun 2014
  • 2 Min. de lectura

Colega de trabajo, joven pero maduro, me dice que necesita hablar conmigo urgente. Quedamos para comer.

-No sé, macho, pero es un jaleo de mujeres diferentes que no paro: en el trabajo, en el gimnasio, en la calle, a ver cuánto más podré aguantar..., ¡pero me encanta!

Dejo que se explaye a gusto y cuando termina, la pregunta del millón:

- ¿Ya no sigues casado?

Me mira y sonríe antes de responder:

-¡Claro que sigo casado, eso es lo bueno! Pero es que sospecho que me engaña, no tengo pruebas, pero esas cosas se intuyen, tú me entiendes...

En medio de la comida ha mirado el reloj unas veinte veces, otras tantas su móvil y ha tenido que hablar con alguien en privado.

A su regreso, toma su abrigo y se despide, rápido como un rayo:

-Perdona, tengo prisa, a ver cuándo nos vemos otra vez, que no me has contado nada de ti...

Advierto que no ha pagado su parte y me acuerdo de mi mujer, que siempre que sabe que me encuentro con este amigo, dice: "no me gusta nada ese hombre...". Intuición femenina que le dicen.

Reflexión asociada:

La conciencia hace que nos descubramos, que nos denunciemos o nos acusemos a nosotros mismos, y a falta de testigos declara contra nosotros.

Michel de Montaigne

Esos momentos en que te encuentras con alguien a quien te arrepientes de ver a los pocos minutos de encontrarse...

Sí, efectuamos un rol, todos, unas veces confesores, otras confesionarios, pero todos, sin excepción, nos hacemos de espejo, reproducimos con bastante fidelidad lo que irradia 'el otro', con sus imperfecciones, sus brillos y sombras, sus líneas vitales. ¡Es que todos asumimos diversos papeles a lo largo de nuestra vida!

Y sea que estés allí, o estés allá, no olvides, jamás, que cuando una persona viene a ti para que lo escuches, (escuchar en silencio es, a menudo, el costado valioso de cualquier conversación) en realidad está intentado oírse a sí mismo a través de la singularidad del interlocutor. Sí, aunque parezca enamorado de sí mismo.

Y recuerda, si ese día no tienes la energía disponible, siempre se puede pedir un bocadillo para que la cuenta no sea tan pesada :-).


 
 
 

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