RÍE, RÍE COMO UN DESCOSIDO...
- marianotamagnini
- 29 jul 2015
- 3 Min. de lectura

Decía Quino, el gran dibujante y creador de Mafalda, que ‘comienza tu día con una sonrisa y verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo’. Imaginaos esto en el mundo de la empresa…
De las interesantes conversaciones con propósito que sostenemos con clientes, en ocasión surge el tema del humor, de sus beneficios y contraindicaciones, pues cuando evocamos el humor en el trabajo, en general lo hacemos como algo que sucede, una broma del momento, una situación graciosa, un chiste bien contado…, no más que eso. El rigor, la seriedad y la disciplina por alcanzar resultados sepultan cualquier intento que pretenda banalizarlo, pero la risa (como respuesta biológica producida por el organismo ante determinados estímulos) y la sonrisa (considerada como una forma suave y silenciosa de risa), conviven de manera forzada con ese universo de formalidad, que puede estallar como rictus en cualquier instante.Y ello no está reñido con la responsabilidad, solo lo hace más llevadero, yo mismo lo utilizo como recurso en diferentes casos de alta tensión creativa.
Dice Lila Lorenzo (Directora de La alegría de vivir) que «la risa, el buen humor, la alegría son fundamentales en un ambiente de trabajo, ya que aporta buen ambiente entre los trabajadores, aumenta considerablemente la productividad, fortalece la motivación individual y colectiva, los objetivos se consiguen con más facilidad, las ventas se incrementan, atrae recursos más valiosos, distiende las reuniones, existen menos bajas laborales por depresión, estrés, ansiedad y otras enfermedades de este siglo… Una empresa afectiva es una empresa efectiva. Las personas que habitualmente ríen, tienen tendencia a relativizar los problemas, ven las dificultades como pruebas para aprender y evolucionar, no como una carga, son más inteligentes, positivas, creativas, dichosas y hacen que se fomente el compañerismo, la complicidad, la amistad, la unión y algo fundamental en una empresa: la motivación. Por ello, nuestro lugar de trabajo tiene que estar delegado por personas responsables y alegres, de tal forma que puedan crear que se respire buen ambiente. Y que la risa como tal, tiene un efecto relajante a nivel físico, mental y emocional, porque cuando reímos de forma sana y natural, nuestro sistema inmunológico se beneficia enormemente y esto hace que siempre estemos en perfecta salud. Cuando reímos mucho, nuestros músculos cobran vitalidad y rejuvenecen, no padecemos gripes ni catarros, nuestra vida mejora en todos los sentidos. La risa une, tiene el don de contagiarse rápidamente, lo que provoca un ambiente distendido y muy agradable en las reuniones, en el hogar y en los sitios de trabajo».
Ese humor, como forma de expresión ante situaciones absurdas, incomprensibles y grotescas, que ocurren en los ámbitos de trabajo, disociándonos de los acontecimientos y permitiéndonos reír, ¡sí, reír!, a mandíbula abierta, como función catártica y de reflexión, está entre lo que se le atribuía a Wilde, ‘humor como gentileza de la desesperación’ y el célebre adagio ‘corregir riendo las costumbres’.
En todo caso, la ironía, el sarcasmo y la hipérbole siempre tendrán cabida en esa comicidad de situaciones (el día a día laboral), costumbres (los ritos de la oficina), verbales (expresiones controvertidas) y tantas otras, que en el contexto y momento adecuado, pueden resultar útiles y liberadoras, ¡no lo desechéis de ninguna manera!
Y para terminar, os deseo unas buenas vacaciones si es que las tenéis, que se constituya en una breve pausa para pensar y planificar el nuevo año lectivo, y un descanso que os compense las energías derrochadas en estos últimos meses. Y sobre todo, en palabras de Robert Provine, ‘que tengáis muchos balbuceos lúdicos, instintivos, contagiosos y de control involuntario’…, es decir, que os riais muchísimo... :-)
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