top of page
Buscar

¿Y SI SUPIERAS QUE TE QUEDAN 30 DÍAS DE VIDA?

  • marianotamagnini
  • 18 jun 2015
  • 4 Min. de lectura

deses.jpg

Una persona amiga, que trabaja en asistencia a ancianos en fase terminal, se dedicó a recopilar testimonios de estos, en base a la siguiente pregunta:

¿Qué consejos daría a las personas más jóvenes para que su vida fuese más feliz?

Seguro que habrás pensado en qué dirías, no cuando estés a punto de pasar alotro barrio, sino en este momento de tu vida. Pues bien, te gustará saber que, de entre todos los consejos dados por los ancianos, uno de ellos fue el más repetido,casi en el 90%...

¿Cuál crees que habrá sido ese consejo...?

Antes de que respondas, una frase que lo sintetiza todo:

«Dentro de veinte años te arrepentirás más de las cosas que no hiciste que de las que llegaste a hacer. Por lo tanto, ya puedes levar el ancla. Abandona este puerto. Hincha las velas con el viento del cambio. Explora. Sueña. Descubre». (Mark Twain)

Sí, así es, básicamente lo que todos los ancianos venían a decir era esto mismo, ‘no te arrepientas de lo que has hecho, sino de lo que has dejado de hacer en tu vida’.

Hace poco, para un evento que celebraba un aniversario de empresa, se me ocurrió, meses antes, proponer que todos los ejecutivos que iban a asistir, escribieran un «consejo de oro», la oportunidad de decirle algo a una persona muy especial, alguien muy próximo o amado, y cuya información considerara esencial y de inmenso valor para quien lo recibiría, casi como un legado, fruto de su sabiduría, y que le proporcionara una enseñanza única y entrañable.

¡Y claro, tuvo una gran acogida! (se hizo un libro con todas las frases compartidas) ¿Y por qué el éxito de esta propuesta? Lo he observado en sesiones, cuando el tema se torna dramático, y como recurso de distensión, perspectiva y verdadera magnitud del hecho, les pregunto a tantos directivos estresados que qué harían si supieran que les queda 30 días de vida (porque en verdad ignoramos cuánto tiempo nos queda pero solemos eternizarnos en los problemas). Suelen mirarme, perplejos, y en ese instante conectan con lo esencial y, casi como los ancianos, reflexionan sobre temas más profundos, vitales, casi íntimos, y comienzan a integrar los objetivos corporativos sin desesperaciones ni tristes lamentos.


Pero es natural esto, a menudo, a lo largo de nuestra existencia, absolutamente todos manejamos un ‘diálogo interior’ que, en ocasiones (muchas), nos dice:

'No me atrevo en ese momento‘

'Eso no es para mí en esta vida'

No me darán las fuerzas’

‘No es lo mío / no puedo / no me veo capaz’

‘La vida no me lo ha permitido’

‘No tengo suerte en la vida’

‘Me gustaría, pero aquí y ahora no podría hacerlo...’

'No me pagan para esto, ya habrá oportunidad'

'Tal vez más adelante, ahora toca lo que toca'

'Déjame que lo piense un poco más, ya bastante tengo con mis funciones'

'Estaría genial, pero no es para mí'


Sí, hay circunstancias que obran como obstáculos en apariencia insalvables, pero también sabemos que todo puede cambiar, siempre. Existe el miedo, que sirve para alertarnos de una situación peligrosa, pero también el que nos paraliza y no nos deja acometer aquellas acciones que sabemos –sí, sabemos, nos lo dice nuestro interior-, que son necesarias en nuestra vida.

Todos tenemos sueños que realizar, misiones que conquistar, metas que alcanzar. Y nos debatimos entre esas voces que dicen ‘lograrás lo que deseas, fija tu propósito vital’ y esas otras que nos dicen ‘no puedes, no debes’, etc.; las primeras nos conectan con ese Ser Inmenso que somos y las otras nos conectan con las limitaciones y los miedos.


Reflexión asociada:

«Cada indecisión trae consigo sus propios retrasos y se pierden días lamentando los días perdidos… Comienza a hacer todo aquello que puedes hacer o que te crees capaz de hacer, verás que la audacia entraña magia, poder y genialidad».

Johann Wolfang von Goethe


Amplificar lo que nos da fuerza vital y acallar aquello que nos da razones para no avanzar, es el camino que nos están proponiendo estos ancianos con sus sabios consejos. Y parte de esa sabiduría que poseen las personas mayores ya forma parte de nuestra voz interior, esa verdadera luz que alumbra nuestra vida y nos pide a gritos que, como en el bendito consejo, vivamos el presente desde el corazón para no temer a avanzar en la vida y no lamentar después lo que no hemos hecho.


Y como obsequio por haber llegado hasta aquí en vez de ponerte a hacer ya lo que vienes postergando, hay un ejercicio que suelo recomendar, sígueme:

Cierra los ojos e imagina que tienes 80 años y estás conversando con todos tus nietos alrededor, contándoles tu vida, lo que has hecho, lo que has construido y lo que has aprendido. Muy bien. Ahora haz de cuenta que estás tú ahí, hablándoles. Ellos están escuchando con atención lo que tienes para decirles. Realiza tu discurso, apasiónate con lo que cuentas y ¡por qué no!, emociónate. ¿Sí? ¿Lo tienes? Muy bien, ahora abre los ojos, vuelve a la realidad, y ponte en acción para que lo que has contado comience a ser real y no tengas que arrepentirte de lo que no has hecho en tiempo presente. ¿A qué esperas? ¡Vamos!

P.D.: La respuesta a esta pregunta que me dio un amigo: 'es fácil, vete a vivir con tu suegra y esos 30 días te parecerán una eternidad'..., en fin, que no falte el humor :-)

 
 
 

Comments


Follow Us
  • Facebook Classic
  • Twitter Classic
  • Google Classic
bottom of page