7 HÁBITOS DE LA GENTE ALTAMENTE (IN)EFECTIVA
- marianotamagnini
- 20 sept 2015
- 5 Min. de lectura

Jack Zenger y Joe Folkman, autores de un excelente libro (‘El líder extraordinario’), recopilaron, al estilo de, ¡otra vez!, la famosa obra de Steven R. Covey ‘Los siete hábitos de la gente altamente efectiva’, un interesante artículo en el que, más o menos, vienen a decir que ‘un gran liderazgo no consiste solo en lo que estás haciendo correctamente, sino sobre lo que estás haciendo mal o dejando de hacer, y que así como hay hábitos que hacen que los líderes sean eficaces, hay hábitos que los paralizan’.
Esos terribles hábitos o como se refieren los autores, ‘defectos fatales’, hacen que los líderes tengan muy pocas posibilidades de alcanzar un nivel superior de liderazgo en su organización. Aquí está la lista en orden —y mis pertinentes comentarios, claro, bajo la perspectiva de mejora de competencias—, desde el menor hasta el más fatal:
Fallar en el entrenamiento y el desarrollo de los demás
‘La pregunta más necesaria en la vida: ¿qué estás haciendo por los demás?’. (Martin Luther King)
¿Por qué fallan? Lo hacen al no involucrarse en el aprendizaje de sus colaboradores, analizar su progreso individual, alentar para que busquen oportunidades de mejora y cooperar con el sistema de desarrollo de personas de la organización.
¿Cómo mejoran? Buscan el tiempo para hacerlo (se calcula el 3% de su tiempo anual), disponen de información adecuada para evaluar, proveen a su gente con proyectos desafiantes y/o difíciles (el 70% de aprendizaje y desarrollo se produce de esta manera), delegan para promover a través de tareas que obligue a sus colaboradores a salir de la ‘zona de confort’, estimulan la reflexión (¡sé tú mismo un líder coach!) creando un espacio de conversaciones para analizar éxitos y fallos.
2. Ser un mal modelo a seguir
‘No actuamos correctamente por tener virtudes, sino que las adquirimos cuando actuamos correctamente’. (Aristóteles)
¿Por qué fallan? Lo hacen al no sostener valores morales de bien común, establecer sus propias normas con arreglo únicamente a sus propios intereses, no practicar lo que predican y que su comportamiento sea voluble según cada situación.
¿Cómo mejoran? Alinean sus palabras con sus acciones evitando las contradicciones a toda costa, no envían mensajes ambivalentes que puedan crear confusión en sus equipos de trabajo, cuidan que el lenguaje sea una representación coherente de sus actos, tienen claro sus valores y ética de trabajo y los comunican de forma cotidiana, no juzgan de ninguna de las maneras y escuchan hasta entender la complejidad de cualquier situación.
3. Falta de perspectiva estratégica
‘Para apreciar bien el cielo, es bueno para un hombre tener unos quince minutos de infierno’. ( William Carleton)
¿Por qué fallan? Lo hacen al limitarse en ideas u opiniones que puedan ser útiles, ver las cosas a través de un solo prisma, ser incapaces de realizar conexiones con lo que (les) resulta ajeno a la organización por estar centrados en el ‘aquí y ahora’ y no prever los inexorables cambios.
¿Cómo mejoran? Poseen la capacidad de pensar en forma global, saben proyectar los diversos aspectos de un tema a largo plazo, pueden vincular la visión y misión de la compañía a su aporte único y valioso, analizan las repercusiones del pasado para intuir un mejor análisis de futuro, establecen actividades inusuales que les proporcionen nuevos inputs, buscan los principios subyacentes en toda materia porque saben que ello les regala una nueva visión de las cosas.
4. Preferir trabajar de manera independiente en lugar de colaborar
‘El camino hacia la grandeza es junto con otros’. (Baltasar Gracian)
¿Por qué fallan? Lo hacen al no relacionarse con personas de otras áreas o departamentos, no estar abiertos a negociaciones, ocultar recursos o información a otros miembros del equipo, no saber gestionar conflictos y no considerar (o tal vez porque no les interesa) el bienestar general.
¿Cómo mejoran? Tienen la capacidad de disfrutar al encontrar puntos en común para resolver problemas, ponen en práctica la lealtad aunque busquen su propio interés, promueven la colaboración y cooperación para el bien de la organización, encuentran a las personas adecuadas para establecer una buen red que ayude a los objetivos generales y se aseguran de que exista un equilibrio entre ganar/perder en todas sus transacciones con su entorno de trabajo (subordinados, colegas, clientes internos y externos, etc.).
5. Oponer resistencia a las metas y mejoras
‘Los buenos líderes crean una visión, la articulan y se hacen dueños de ella hasta hacerla realidad’. (Thomas Hardy)
¿Por qué fallan? Lo hacen al sobre simplificar las dificultades para alcanzar un objetivo, despreocuparse de los puntos vitales de un asunto importante, no entender el cambio que se necesita para que la organización no se estanque (¡o sobreviva!), no liderar con pulso firme o poner barreras por no creer en el camino adoptado en las líneas estratégicas.
¿Cómo mejoran? Emplean su poder para crear una causa común que aglutine a las personas en su esfuerzo y dedicación, entregan mensajes inspiradores que ensanchen la mira de las posibilidades y potenciales, saben luchar contra sus propias resistencias internas a través de un autodesarrollo sostenido, se orientan al futuro porque saben que hay que construir un terreno fértil donde las organizaciones aniden, se adueñan del mensaje que habla de mejorar sin descanso.
6. Comunicación deficiente
‘Lo más importante de la comunicación es escuchar lo que no se dice’. (Peter Drucker)
¿Por qué fallan? Lo hacen al perpetuar una actitud cerrada y a la defensiva, defender su intimidad porque en realidad ocultan sus debilidades personales, no interactuar porque están midiendo los riesgos a cada paso, ser poco claros o sus mensajes deliberadamente confusos (o por el llamado 'punto ciego', desconocen su debilidad) hacia sus interlocutores.
¿Cómo mejoran? Dominan el arte de la escucha activa (el lado oculto del lenguaje, o como dicen el ideograma chino de 'escucha': oídos, vista, corazón, toda la atención), saben lo que hay que revelar (y si no lo supieran, buscarían mentores que les ayuden), no temen manifestar en ocasiones sus puntos débiles (o de mejora) para relajar un ambiente o relación hostiles, no disfrazan sus errores sino que demuestran lo que han aprendido para ¡rápido! seguir adelante sin demora.
7. Fracasan en inspirar y motivar a los demás
‘La habilidad es lo que eres capaz de hacer. La motivación determina lo que harás. La actitud determina lo bien que lo harás’. (Lou Holtz)
¿Por qué fallan? Lo hacen al desconocer qué motiva a los demás o cómo hacerlo, utilizar un único modelo de gestión de las personas, no entender las necesidades de su equipo de trabajo, desmotivar (¡peor aún!) a su equipo debido a su comportamiento al utilizar la crítica y los estereotipos.
¿Cómo mejoran? Conocen perfectamente cómo incentivar para hacer el mejor trabajo posible, facilitan la toma de decisiones otorgando autoridad y autonomía a los demás, saben pedir sugerencias y estimarlas de forma conveniente, pueden distinguir entre presionar y desafiar para alcanzar altos niveles de desempeño, dominan el lenguaje que adaptan al nivel del interlocutor como señal de respeto, transmiten una energía contagiosa que hace que los demás quieran involucrarse y participar.
‘La máxima prioridad de cualquier directivo es seguir siéndolo’. :-) (Alfonso Alcántara)
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